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domingo, 11 de mayo de 2008

Adiós TAMBOS de mi vida



LA SUMA DE LOS YERROS NO HACEN UN ACIERTO
Por Eduardo Juan Salleras


Llamo a un muy amigo para preguntarle algo.
Él, un mediano productor lechero de unos 4000 lts diarios.
Me comenta que la firma a la que le entrega la leche le pidió ser uno de los tamberos que vayan a hablar a la secretaría de comercio interior, por solicitud de ésta, para descubrir cuál es la fórmula para que no se sigan cerrando tambos en la Argentina.
Bueno, ¿y que le vas a decir? Pregunté yo.
Entonces ensayó una respuesta en referencia al precio, que $1.-/lt, que 1.20...
Lo corté casi inmediatamente y le dije:
Diles que no es tan sencilla la cosa. Y comencé mi speech.
El productor lechero debe ordeñar sus vacas todos los días del año. Repito, todos los días del año, todos. Dos veces por día, sin excusas para evitar algún ordeñe, excepto uno de aquellos, de los tantos obligados por los cortes de luz. Estos se producen no solamente por conflicto energético sino por crisis estructural y de servicios, ya sea por la empresa provincial de la energía como, y en particular, de las cooperativas, que salvando desde luego alguna excepción a la regla, dejan mucho que desear.
Pero además el costo de esa luz es carísimo, ni hablar comparado con Buenos Aires y su Gran. Entonces, cuando viene una tormenta, generalmente nocturnas uno se queda mirando una lamparita encendida, con los ojos clavados en ella como pretendiendo hipnotizarla, para que no se apague, porque al primer estornudo la luz se corta.
Y uno llama, caliente, ¡porque van...cortes!, y del otro lado le recomiendan comprarse un grupo electrógeno.
De hecho que lo tiene, hace mucho tiempo que lo tiene, pero también hace más de un año que llevó a reparar el motor y no se lo terminan. Aprovechando ese tiempo, precavido, decide mandar a hacer un service al generador, lo lleva a la fábrica. Lo matan con la factura y cuando llega al campo no anda. Y la fábrica queda a 400 km.
En un tambo de 200 hectáreas se necesitan de 3 a 4 personas, se necesitan más, pero no tolera el presupuesto y las relaciones humanas mucho más que eso. Son 4 problemas, son 4 sueldos, y además hay que atenderlos. Los niños a la escuela, y cuando vuelven hacer las tareas con ellos porque los padres no saben o no tienen tiempo, los delantales, los útiles, etc. A la señora de alguno le duele algo, o tiene contracciones, y uno está lejos y en la tierra o a veces en el barro y debe salir corriendo para el pueblo, generalmente en horas oscuras, más vale de madrugadas, porque estas cosas no pasan ni a la mañana ni a la tarde.
Y uno que se pelea con el otro,…
Es necesario algún tractor, no menos de dos, y no arrancan a la mañana, entonces traer un mecánico, otro, no el del motor del grupo que no lo termina, otro, viene, mete mano, cobra, se va, y a los dos días no arranca de nuevo. Y ese ya no quiere volver porque ya cobró, entonces se llama a otro, y lo mismo. Y otro, y lo mismo.
Incluso varias veces la ración hay que darla en carretilla y a grano entero.
Y uno desea que llueva porque de lo contrario el pasto no viene, pero si llueve no se puede salir porque hay barro, y siempre hay algún vivo que se le ocurre cargar hacienda los días de lluvia y aprovechar el precio, importándole tres pitos si rompen el camino, seguramente porque él vive en el pueblo.
Y cuando llueve demasiado las vacas se mancan y si la renguera es mucha se pierde hasta un 30% de la producción, además que si hacemos tratamientos con antibióticos debemos tirar esa leche, cuando no el tambero se olvida de apartarla y la manda a la cisterna con el resto echando a perder todo.
Cuando hay barro aumenta la mastitis produciendo el mismo efecto anterior, apartar leche y descartarla o tirar todo ante un descuido de mezclarla.
No hablemos de esos años que de cada 10 ocurren, durante 2 o 3, con inundaciones ridículas de las que nadie se hace cargo y en las que se pierde todo.
Y las vacunaciones para estar libre de aftosa -para no poder exportar-, en las que baja notablemente la producción y a veces mata algún animal. Los tactos, el veterinario, la genética, los alambrados, aguadas y molinos, etc. etc. etc.
Es aún más compleja la vida del productor, cargando sobre sus espaldas esos problemas y cuando llega al pueblo y muy de vez en cuando se toma el tiempo y un café en el club. Ve a sus viejos camaradas tamberos ya huidos de la actividad, rozagantes, con manos de abogado, y alguno de cabello teñido, hechos unos “dandis” sonrientes y distendidos, olvidados de lo que fueron, disfrutando de la vida sojera.
Es ahí cuando más se le hincha la vena a mi querido productor lechero. Se sube a su vieja chata estacionada al lado de alucinantes 4X4 de los tranquilos agricultores, que si llueve no tienen necesidad alguna de ir a embarrarse al campo.
No me estoy quejando de ellos, son los sobrevivientes, que en defensa propia liquidaron su explotación antes que ella los mate.
Pero tampoco vienen buenos aires a este rubro porque la negligencia oficial, que no deje de meter la pata, enceguecidos por su ignorancia, buscan nuevos yerros para intentar reparar los platos rotos que hicieron añicos. Pretenden pegarlos con mocos.
En la idea de alguno está aumentar las retenciones o incluso, al igual que el trigo, ponerle precio máximo a los granos. Hablemos de una soja, en el mejor de los casos de $850.-/tn.
Además preocupa a los inexpertos la holgazanería de aquellos productores volcados a la agricultura y quieren tomar medidas en su contra. Pero no se ocupan de los que están detrás del enorme negocio financiero de la agricultura, que ni si quiera conocen un campo y sin embargo echan a patadas de la vida rural a tamberos, invernadores y pequeños agricultores.
Los precios máximos para el cereal, como tomar medidas en contra de los alquileres, no van a hacer otra cosa que allanarles el camino a éstos especuladores de la tierra.
Un gran productor lechero dijo que tenía de costo $ 0,45/lt de leche. Este número es imposible para el que hace silo, por ejemplo. Pero si él tiene ese costo con la dimensión productiva de su explotación, un pequeño productor de 2000 litros de leche tiene más del doble. Esos números se refieren seguramente al costo directo, porque a pesar de su gordura productiva está obviando los costos indirectos o gastos de estructura que en un tambo rondan el 40 al 45%, y que si se cierra el mismo, bajan al 15% como mucho. El costo indirecto o invariable está conformado por aquellos gastos que se producen esté en funcionamiento la actividad específica o no. Pero convengamos que al bajar la cortina más del 50% desaparecen porque están estrechamente ligados a su funcionamiento.
El gobierno gusta de mirar ese costo y después se sorprende porque se cierran los tambos. Si no logran deshacerse de su soberbia, la lechería seguirá deshaciéndose de sus tambos.
Quedarán en la Argentina solamente grandes pooles de siembra, monumentales feet lot y “soros” (quise decir solos) megatambos, a los que de seguro terminarán pagándoles el precio que en su momento les negaron a los pequeños y medianos productores obligándolos al ostracismo y al reposo que tanto enardece al monje negro de la producción.
En política se suele decir: miente, miente, que algo quedará; cuando la suma de las mentiras solamente producen engaños, nunca una verdad.
Y la suma de los yerros jamás hace un acierto.
Esa maldita costumbre del personalismo en nuestro país, nos lleva a querer ponernos delante de todo, y con los ojos tapados hacemos caso omiso a las orientaciones de los que no los tienen, pifiando así, una y otra vez a la piñata.
La pregunta del millón es: ¿será que los precios están altos o tal vez los sueldos está muy bajos? Los sueldos altos producen independencia económica y social, en cambio los sueldos bajos crean dependencia, “el necesitar de”. ¿Se tratará de eso entonces?
Desde luego que las declaraciones de aquellos “admirables” no obedecen más que a especulaciones personales que a verdades.
Cansan un poco los espléndidos que duermen con el poder, y que son tan eficientes que van a llorarles a los funcionarios porque no les alcanza la leche y pretenden que ellos les resuelvan los problemas. En cambio los mismos salvavidas procuran manejar el negocio de los que no lo solicitan, bajándoles el precio y dándoles subsidios, que solamente buscan confusión, dependencia y deshonor.
Para terminar, y tal vez la sigamos en otro momento, el productor lechero (como el criador e invernador) está harto, repito: HARTO. De eso se trata.
¿Piensan hartar a alguien más?

07/03/08

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DIRIGIR SIRVIENDO

Simplemente porque cada una tiene un don, un talento, un actor dentro de sí que es preciso “despertarlo” del encanto de un sueño que a veces es la propia vida.

Eso no tiene valor. Si cada uno comprende que para poder dirigir, hay que primeramente poder servir, la dirigencia política de nuestro país sería otra.

En este camino estamos y dichosos quienes lo transitamos hoy, y no lo dejamos para otros...


Comentario desde Lima, Perú

Es cada vez menos frecuente -y diría extraño- encontrar en nuestros tiempos organizaciones lideradas por jóvenes que tengan como premisa fundamental y abierta practicar los principios morales y éticos al incidir en la política y transformar la realidad. Y que esto se refleje en los artículos es menos frecuente aún.

Acciones como esa necesita más la Argentina, en particular, y América Latina en general.

Mis mejores deseos para que esta iniciativa vea fructificar sus nobles esfuerzos.

Con aprecio,

Lic. Beltrán Gómez Híjar

Lima, Perú

Comentario desde Barcelona, España

Agradezco mucho vuestra invitación. ¿De dónde es el grupo? ´¿Cuáles son exactamente sus objetivos? Realmente hace falta a la sociedad actual, enseñarle lo que verdaderamente es ética, moral, cordura y sentido común.
Estoy muy interesado en vuestro proyecto. Yo soy político también, y rector de la Comunidad Ecúménica de San Jorge en Sant Boi de Llobregat, Barcelona. España. Mi nombre es Jordi d'Alemany.
Recibid todo mi apoyo y contad conmigo para lo que haga falta.
Jordi
5-09-08

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Rta. desde NGM:

Bendiciones. Ha sido grata su conexión. La historia nos muestra que siempre fue necesario adiestrarnos moralmente para realizar algo nuevo. Hemos elegido este tiempo de la historia para determinar que sin moral no hay Nación.
A pesar de ser un concepto genérico y por ocasiones abstracto, nace en la necesidad de hacer saber al hombre que sin ética nunca jamás podrá construir nada.