GRETEL LEDO en CNN en Español. Analiza el llamado al Diálogo de la Presidenta

viernes, 23 de mayo de 2008

Privatismo Público y Privado





Alguien grita en el desierto: Prepárenle el camino al Señor.
¡Ábranle paso! ¡Que no encuentre estorbos!
Mateo 3:3


Han pasado poco más de cinco meses desde la asunción del nuevo Gobierno. Lo cierto es que el barco ya no navega como antes. Proa al viento encierra una serie de conjeturas que dan cuenta de la fragilidad en la imagen presidencial.

Los cuestionamientos vienen suscitándose desde 2003 pero la oleada de crisis recurrente ha colocado en tela de juicio la idoneidad del servidor público a la hora de enfrentar la escalada de voces que se alzan en medio de un maremagnun de demandas crecientes.

La crisis energética, la inflación real, nuevos pobres y nuevos ricos, la coparticipación federal, la debilidad institucional del Congreso, la injerencia del Ejecutivo en el Poder Judicial y en fin, el quiebre de los frenos y contrapesos en materia de contralor institucional son algunos de los temas que circulan paradójicamente en la agenda mediática, no así en la gubernamental. Aquí cabe hacer un parate para preguntarse si todo aquello que permanecía etéreo, suspendido en una atmósfera de condicionamientos, emergió con un sector que pasaba desapercibido por todos: el campo.

Sin lugar a dudas el hombre agropecuario logró erigirse en estos últimos tiempos en un Juan el Bautista como una voz que clama en el desierto. No por cierto la venida del Salvador pero sí la de una salvación colectiva: emerger de la ceguera sistémica.

Jürgen Habermas concibe la noción de crisis asociándola con la Teoría de Sistemas. “Las crisis surgen cuando la estructura de un sistema de sociedad admite menos posibilidades de resolver problemas que las requeridas para su conservación…son perturbaciones que atacan la integración sistémica”. Amenazan aquello que está en juego: la integración social. La base de consenso está tan dañada al punto tal de tornar a la sociedad en anómica. Los miembros de la sociedad sienten amenazada su identidad social. Esta crisis de identidad está ligada a los problemas de autogobierno. Frente a ello el Estado se ve obligado a amortiguar los efectos sistémicos producidos por el sistema económico a través de medidas compensatorias (incentivos, subsidios) para evitar el levantamiento de masas que cuestionaría el principio de organización conllevando a una crisis de identidad.

El Estado funciona como un mecanismo regulador del mercado manteniendo la crisis en estado latente, contenido. Así, cuando los sistemas no pueden contener los problemas que atacan su supervivencia, pierden la capacidad de control dando origen a una crisis sistémica. Ahora bien, en el afán de resolver el problema, las crisis sistémicas pueden desplazarse a otro sistema. De esta manera, el Gobierno evita la pérdida de lealtad difusa de masas.

Hoy por hoy, el Ejecutivo da señales contundentes de una incapacidad creciente para dar cuenta de los inputs traducidos en demandas sociales generando en consecuencia una crisis de racionalidad que opera bajo el ropaje de crisis sistémica del Estado.

¿Cómo hacer para que esa crisis no se convierta en crisis de lealtad de masas? Entre los mecanismos podemos mencionar: a- la capacidad del sistema político-organizativo de operar sobre aquellos sectores que tiene mayor grado de conflictividad social y b- el privatismo público. Este último es la denominada “democracia formal”, vale decir, reducir a una mínima expresión (voto) la participación de los sectores populares formalizándose así la política y restando participación. El privatismo público es alentado por el Estado en la práctica del ocio y el consumo acentuando la individuación creando intereses individuales y no políticos.

El Gobierno ha adoptado la segunda opción: el PRIVATISMO PÚBLICO. Enfrentar al campo con el resto de los argentinos como si el primero no lo fuese encierra una maquinación inventiva de intereses individuales ficticios. El otro, el campo VS nosotros, el pueblo. Intereses sectoriales VS intereses nacionales. ¿Corporativismo privado VS corporativismo público? La lucha fundamental es una: la apropiación de la renta. Pero, la diferencia también es una: renta propia y renta ajena. Es decir mientras el campo brega por recuperar lo propio, el Gobierno lo hace por manejar lo ajeno. Aquí no se discute el rol regulador y distribucionista. Sí cómo y a quiénes se reparte ese ingreso. No existe una explicación racional compatible entre el caudal electoral cosechado en 2007 y la imagen actual en picada.

Noción de Nación

Otro de los ejes que se encuentra detrás del conflicto con la consecuente caída de imagen positiva del Gobierno es cómo se concibe la Nación. La puja discursiva se plasma en torno a resolver el interrogante: ¿dónde está verdaderamente la Nación?, ¿en el Gobierno o en el campo? A lo largo de estos días hemos visto la apelación a los “argentinos” que se configuran como un “nosotros clase trabajadora”. Así el campo se autoposiciona como símbolo de argentinidad por el hecho de constituirse en el proveedor económico que permitió al país emerger de la crisis en que estaba. En este sentido Theodor Adorno (1903-1969) en su escrito “¿Qué es alemán?” propone al campesinado como el alemán auténtico por estar conectado con la tierra, alejado de la intelectualización de la vida cotidiana.

La relación estrecha entre el campo y la autenticidad argentina encuentra su raigambre en el origen mítico del gaucho. Podemos trazar un vínculo con el modelo agroexportador que sin duda prevalece hoy en nuestra economía.

El agropecuario se autodefine como la “base del ser nacional”. El Gobierno hace hincapié en el “ser sectorial”. Lo que está en juego una vez más es el “ser economicus”. En ambas partes debe replantearse el encono hacia una postura radicalizada.

Es preciso ceder para ganar, morir al “yo individual” para que nazca el “yo colectivo”. Sólo de esa manera habrá SALVACIÓN para todos. La crisis de la República se habrá zanjeado y la noción de Nación dejará de ser bipolar para pasar a ser un identitario único.

Buenos Aires, 23 de Mayo de 2008.

Gretel Ledo
Abogada en Derecho Administrativo
Politóloga en Estado, Administración y Políticas Públicas

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigos, Gretel me acercó su trabajo: EXCELENTE. El tema es como implementar la luz sistémica para obtener el resultado deseado: QUE SE VAYAN PARA NUNCA MÁS VOLVER

Luis Kofman
Buenos Aires – Argentina

Gretel Ledo dijo...

Gracias Luis! Creo que es todo un desafío...
Bendiciones,
Gretel

Anónimo dijo...

El pensamiento sistémico no es algo “usual” en Argentina donde se afirma “resolvamos esto ahora y para siempre”. Será cuestión de “formar masa”. No creo que sea el “único” desafío que hoy tiene el país.
Saludos

Luis Kofman
Buenos Aires - Argentina

Anónimo dijo...

Si la mayoría estamos de acuerdo con lo que planteas ¿ cómo es posible que los gobiernos tomen otro camino?
¿No será que los argentinos aún somos adolescentes y nos falta madurar?
Seguimos con los interrogantes y nos falta el " Argentino a las cosas"

Como siempre muy bueno y atinado tu comentario
Un abrazo, Jorge Micele

Gretel Ledo dijo...

Muchas gracias Jorge! Lo peligroso es la inmadurez de la dirigencia...

Anónimo dijo...

Estimada Gretel Ledo, gracias por hacerme llegar tus artículos, una vez más felicitaciones por la claridad del análisis.
Es realmente preocupante la actitud que a encarado este gobierno pretendiendo enfrentar a "pobres contra pobres". Nuestro querido país está sufriendo una de las peores administraciones de toda su historia. Basta solamente imaginar como sería la realidad si no existiera viento a favor en el rumbo económico.
Dentro de poco tiempo la inflación dejará de ser un conflicto emergente para transformarse en una realidad contundente. Mientras tanto gran parte de la clase dirigente mira hacia otro lado.
El gobierno argentino desprecia la gran oportunidad de reconciliarse con su pueblo acordando con el campo una baja de retenciones. La ceguera les impide ver el bosque o mejor dicho, les impide ver más allá de su ombligo.

Saludos cordiales.
Gabriel Oliverio

Anónimo dijo...

Excelente Gretel, te felicito por esta exposición, clara y notablemente objetiva a diferencia de los comentarios que anduve leyendo últimamente.
Un beso grandísimo.
Gabriela Álvarez
Abogada


DIRIGIR SIRVIENDO

Simplemente porque cada una tiene un don, un talento, un actor dentro de sí que es preciso “despertarlo” del encanto de un sueño que a veces es la propia vida.

Eso no tiene valor. Si cada uno comprende que para poder dirigir, hay que primeramente poder servir, la dirigencia política de nuestro país sería otra.

En este camino estamos y dichosos quienes lo transitamos hoy, y no lo dejamos para otros...


Comentario desde Lima, Perú

Es cada vez menos frecuente -y diría extraño- encontrar en nuestros tiempos organizaciones lideradas por jóvenes que tengan como premisa fundamental y abierta practicar los principios morales y éticos al incidir en la política y transformar la realidad. Y que esto se refleje en los artículos es menos frecuente aún.

Acciones como esa necesita más la Argentina, en particular, y América Latina en general.

Mis mejores deseos para que esta iniciativa vea fructificar sus nobles esfuerzos.

Con aprecio,

Lic. Beltrán Gómez Híjar

Lima, Perú

Comentario desde Barcelona, España

Agradezco mucho vuestra invitación. ¿De dónde es el grupo? ´¿Cuáles son exactamente sus objetivos? Realmente hace falta a la sociedad actual, enseñarle lo que verdaderamente es ética, moral, cordura y sentido común.
Estoy muy interesado en vuestro proyecto. Yo soy político también, y rector de la Comunidad Ecúménica de San Jorge en Sant Boi de Llobregat, Barcelona. España. Mi nombre es Jordi d'Alemany.
Recibid todo mi apoyo y contad conmigo para lo que haga falta.
Jordi
5-09-08

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Rta. desde NGM:

Bendiciones. Ha sido grata su conexión. La historia nos muestra que siempre fue necesario adiestrarnos moralmente para realizar algo nuevo. Hemos elegido este tiempo de la historia para determinar que sin moral no hay Nación.
A pesar de ser un concepto genérico y por ocasiones abstracto, nace en la necesidad de hacer saber al hombre que sin ética nunca jamás podrá construir nada.